LA ADORACIÓN NOS UNE MÁS A DIOS
ADORARLE NOS ACERCA A DIOS
1. AL ESTAR FRENTE A DIOS, YA NADA MÁS IMPORTA:
Y tú, ¿te sientes más cercano a Dios cuando le adoras? Compártenos tu propia experiencia.
En otro artículo hablamos acerca de la reverencia que debe enmarcar nuestro espíritu de adoración a Dios. Pero es también algo hermoso que, aún en medio de ese espíritu de reverencia, sabiendo que él es el Rey de reyes y el Señor de señores, podemos también adorarle y palparle dentro de un vínculo de cercanía y unidad.
Así, la adoración nos une más a él y nos hace verle también como nuestro Dios amado, como nuestro amoroso Padre celestial; como nuestro dulce Señor, como nuestro gran Consolador y Buen Pastor. Por eso, al adorarle, no solo le vemos como el Dios Todopoderoso, sino también como el Dios que es amor (1 Juan 4:8).
Esa contemplación de su grandeza, divinidad y también amor, nos conduce a rendirle adoración. En otras palabras, le contemplamos como el todo glorioso Dios, que a la vez, es nuestro Padre; sabiendo que somos sus hijos, con una clara identidad de que lo somos.
Así, la adoración también nos conduce a identificarnos con nuestro Padre y nos reafirma esa identidad, de que somos sus hijos.
1. AL ESTAR FRENTE A DIOS, YA NADA MÁS IMPORTA:
Cuando le estamos adorando de esta manera, solo se trata de Dios y nosotros. Entonces, toda preocupación y todo pensamiento en el plano humano o material pierden importancia y dejan de ser relevantes, si estamos sumergidos en un estado de contemplación real y deleite con nuestro Señor. Por eso es que al estr frente a Dios, ya nada más importa.
Al tener un encuentro en adoración con el Señor palpamos su cercanía y amor a través de un lazo indescriptible de comunión, amor y deleite de nuestro espíritu con Su persona.
“…En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.”Salmos 16:11
2. LA PRESENCIA DE DIOS NOS COLMA DE SUS BENDICIONES:
El Arca del Pacto, Arca de la Alianza o Arca del Testimonio representaba el lugar en donde habitaba la presencia misma de Dios, donde él venía al encuentro con su pueblo Israel.
Y no solo recibimos las “delicias” inherentes al privilegio de estar en la presencia de Dios. Sino que cuando la presencia divina se hace una realidad en nuestra vida, también el Señor añade con ello infinidad de bendiciones.
Cuando esta arca estuvo custodiada algunos meses en casa de Obed Edom, las bendiciones vinieron a su vida, a su familia y a toda su casa, como consecuencia de que allí estaba la presencia de Dios.
"Y estuvo el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom y todo lo que tenía."1 Crónicas 13:14
3. LA ADORACIÓN ES UNA FORMA DE MANIFESTAR NUESTRO AMOR AL SEÑOR:
Por otro lado, ante la presencia de Dios, nos deshacemos en manifestaciones de amor hacia él. Y dado que la adoración a Dios representa, entre otras cosas, una manifestación de nuestro amor por el Señor; entonces, HEMOS DE ADORARLE DE LA MISMA FORMA EN QUE EL SEÑOR QUIERE QUE LE AMEMOS: con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas. Es decir, de una manera integral y completa:
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas..."Marcos 12:30
Al adorarle de esa forma, llegamos a contemplarle tal como él es, de modo que ya no nos quedamos solamente en el plano de exaltar lo que él hace; sino que nos adentramos en su santísima presencia y LLEGAMOS A ADORARLE POR QUIEN ES ÉL. Alcanzando a adorarle en espíritu y en verdad, nos convertimos en los verdaderos adoradores que el Padre anda buscando.
Podríamos decir que la adoración es la manifestación del clímax o punto culminante de la comunicación entre el hombre y Dios. Es algo así como una fusión de nuestro ser con él, llegando su presencia a llenarlo todo; incluso, a saturar nuestro ser. En otras palabras, es cuando más cerca estamos de él. ¡Y qué maravilla el hecho de que esa llave está a nuestro alcance todo el tiempo! Depende de nosotros anhelar, procurar y buscar que todo esto ocurra. Anhelemos, pues, estar ante la presencia de Dios:
"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?"Salmo 42:1-2
“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.”Jeremías 29:13
4. LA ADORARACIÓN PREPARA LA ATMÓSFERA PERFECTA PARA LA PRESENCIA DE DIOS:
Es que Dios vendrá al encuentro de un verdadero adorador y el diablo no puede estar en donde está la presencia de Dios. Por eso, el diablo huye con terror de la adoración a Dios y no soporta estar allí, porque allí está la presencia divina; allí está Dios mismo:
"Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen."Números10:35"Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel."Salmo 22:3
La adoración nos conecta a Dios, nos abre camino directo al cielo, quitando los obstáculos y pasando expedita hasta arriba. Podríamos decir que la adoración es como una especie de puerta, canal o pasadizo que nos conecta con el cielo.
Pero más que eso, la adoración "baja" el cielo a la tierra en nuestro espacio; es como un pedacito del cielo en la tierra; es el cielo, viniendo a la tierra.
La adoración abre los cielos sobre nosotros y también sienta una plataforma para el mover de los dones del Espíritu. La adoración establece la base para la palabra profética y la revelación.
Dios está en nosotros y cuando adoramos, como iglesia, su presencia se manifiesta y habita entre nosotros. Debemos construir con nuestra alabanza y adoración un lugar en donde Dios se sienta satisfecho, cómodo y feliz de estar. Así, a él le agrada estar en una casa en donde pueda estar y manifestarse con libertad.
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